Nuestro pasado es eminentemente minero, y como tal se encuentran diseminadas por todo el pueblo numerosas huellas y vestigios que nos recuerdan esos años de esplendor.
Los años 40 y 50 fueron años de creciente demanda de trabajadores para emplear en las minas. La población de los municipios asentados en el entorno resultaba insuficiente para las necesidades de personal. Esto hizo que llegasen a Fabero oleadas de inmigrantes procedentes de otras zonas. Esto provocó un incremento poblacional que hicieron insuficiente las viviendas existentes.
Todo ello provocó la construcción de una infraestructura que podemos tipificar como Arquitectura minera, altamente interesante para cualquier observador de un pasado histórico. Para una mayor comodidad de visita, se podría hacer un recorrido ubicado principalmente en el Pozo viejo. Allí podemos encontrar:
Vivienda de arquitectura peculiar